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domingo, 3 de marzo de 2013

HANS HÖRBIGER: EL PROFETA OLVIDADO DE LA CUARTA LUNA


¿ES ESTA SEGÚN DIJO HANS HÖRBIGER, LA ÚLTIMA LUNA ANTES DEL FIN DE LA HUMANIDAD.?

Hans Hörbiger (29 de noviembre 1860 – 11 de octubre 1931) fué un ingeniero austriaco, nacido en Atgesrdof, un suburbio de Liesing (Viena). Tomó parte destacada en la construcción del metro de Budapest y en 1894 inventó un nuevo tipo de vávula esencial para compresores que aún hoy día se usa.
No obstante y logros laborales aparte, Hörbiger, será siempre recordado por su pseudocientífico trabajo. "MUNDOS DE HIELO".


NI QUITAMOS NI PONEMOS. QUEREMOS HACEROS LLEGAR LAS CONCLUSIONES A LAS QUE LLEGÓ HANS HÖRBIGER EN SU COSMOVISIÓN.
y sobre todo tengamos en cuenta que estas cuando menos extravagantes ideas tuvieron una suma influencia en el movimiento ocultista nazi. Si, Hörbiger y su cosmovisión dieron "alimento" a sociedades como "Thule" de capital importancia para entender ese ideario oculto de la alemania nacional-socialista.


Aquí hemos hablado muchas veces de la mitología Sumeria y la "existencia o no de Nibiru", el planeta X.
En esta teoría de Hörbiger, el cataclismo final no lo causa Nibiru, ni ningun cuerpo estelar ajeno a nuestro sistema solar.
Curiosa y originalmente, es nuestra LUNA, la que al acercarse, se desintegra en pedazos y la lluvia de los mismos, nos aniquila.


Vamos a aventurarnos en el conocimiento de este particular hombre de ciencia y sus teorías cosmogónicas.




Nuestros cielos conocieron otras lunas y la actual es la cuarta.
Por tres veces masas heladas orbitaron en espiral alrededor de la Tierra precipitándose al fin. Esta Luna actual también caerá a su tiempo pero al ser más grande que sus hermanas predecesoras el cataclismo será mayor.
Recordemos que antes de su caída la luna estalla y aumenta su velocidad orbital transformándose en un anillo de materia y gases. Es este anillo el que cae cubriendo a la Tierra con una banda circular.

Solamente se fosilizan los seres vivos con la caída del satélite ya que en tiempos normales los organismos se pudren. Es por este motivo que hablamos de una era Primaria, una era Secundaria y una Terciaria. Nosotros vivimos en el Cuaternario, la era de la cuarta Luna.
Se puede pensar, entonces, que una gran variedad de especies han podido medrar y también desaparecer, a lo largo de los tiempos, sin dejar rastro, sin que podamos tener registros, ya que solamente hay fosilización con la caída lunar.
La luna se acerca a la Tierra lentamente y durante un intervalo de algunos cientos de miles de años su atracción es poderosísima. En ese período la distancia Tierra - luna es de solamente 2 a 3 diámetros terrestres, lo que da lugar al crecimiento desmesurado de los seres vivos. Es el período del gigantismo.
Y es así como a finales de la era Primaria (Paleozoico) nos encontramos con vegetales, anfibios e insectos gigantes, de los cuales nuestros sorprendentes insectos actuales son un pálido reflejo, lejanos parientes degenerados.

Y a fines del período Secundario (Mesozoico) nos sorprenden los reptiles: diplodocus, iguanodontes, tyranosaurus rex. Animales de 30 metros de altura. Las radiaciones cósmicas son enormes ahora y dramáticas mutaciones hacen ensanchar los cráneos, los animales comienzan a caminar erguidos, otros más empiezan la aventura del vuelo.
Cruzamientos. Hibridaciones fantásticas: Grifos, Centauros, poderosos Dragones, Hombres-pájaro, Inteligencias con alas de libélula, Mariposas telepáticas.
Hacen su aparición los primeros mamíferos y tal vez, mutaciones mediante, los primeros hombres de hace 15 o 20 millones de años, cuando esta luna orbitaba muy cerca de la Tierra.
¿Son estos, acaso, los antepasados de los Gigantes a los que hace referencia El Génesis y que vivían 500 o 900 años?
Nada impide que estos primeros hombres, Gigantes, sean altamente inteligentes, de gran desarrollo síquico y enormes poderes de comunicación y que se organizen socialmente en otros modelos muy diferentes de los nuestros. Una cultura síquica. Clanes telepáticos....
Pero la segunda luna llega a su fin y se rompe. Estalla y en forma de anillo cae a la Tierra.
La segunda luna se ha derretido...

Algunas especies sobreviven a la catástrofe y deben adaptarse a las nuevas, terribles condiciones. La fuerza de gravitación terrestre es casi insoportable. También los Gigantes se deben modificar para continuarse en los recién llegados largos tiempos de las noches sin luna.
Esta adaptación supone muchos cambios drásticos y cuando la tercera luna es capturada y hace su aparición por primera vez en el cielo, ya algunos Gigantes se han vuelto más pequeños y mucho menos inteligentes, infinitamente más estúpidos.


Se han perdido algunos poderes, y son estos hombres empequeñecidos y mucho más pobres síquicamente nuestros verdaderos antepasados, que serán guiados, civilizados y educados por los Gigantes puros, que aparecidos al final del Mesozoico sobreviven aún, seres triunfantes, a la segunda caída lunar.
Todos los Antiguos se saben descendientes de Dioses y Gigantes. La Polinesia, Egipto, Asiria, México, Grecia, Escandinavia. Todas las tradiciones, todas las leyendas nos hablan de Gigantes que desarrollaron a los hombres, que les enseñaron la agricultura, los educaron en las artes, los guiaron en las ciencias y los iniciaron en el manejo de su propia espiritualidad... Es la gran era del Terciario (Cenozoico) que durará varios millones de años. Es la era en la cual el hombre alcanza su más alto grado técnico, su más elevado punto espiritual... Es la era de cuando nuestros Maestros eran Gigantes y el hombre tenía un pasado reciente y una mente abierta y fresca para saber de las asombrosas criaturas, de las enormes Serpientes y los rugientes, flameantes Dragones de fines del Secundario.

Tiahuanaco - Las dos Atlántidas
La tercera luna se acerca a la Tierra, las aguas de los mares crecen en mareas incontenibles y los hombres de hace un millón de años suben a las altas montañas con sus Reyes, sus Maestros, los Gigantes, desarrollando nuevos centros de civilización.
Nada nos sorprende ya. Se han hallado sedimentos marinos a 4000 metros de altitud en la cadena de Los Andes. Son las huellas del nivel de las aguas del final del Terciario.
Nuevos centros de civilización: Tiahuanaco sería uno de esos nuevos centros de civilización superior.
¿Y porqué no?. Tiahuanaco tiene características sorprendentes. Paredes de 70 toneladas, pilares
de 100 toneladas, estatuas de 8 toneladas. Todas cinceladas en una sola pieza. ¿Maestros Gigantes?
En ese lugar se han encontrado esculturas del todoxón, animal que solamente vivió en el Terciario, y entre las ruinas de Tiahuanaco se hallaron restos fósiles del mismo.
Un calendario esculpido en un pórtico de piedra de 10 toneladas marca la posición de la luna en cada hora del día y su movimiento, real y aparente, en otros cielos antiguos, muy distintos del nuestro.
Y es que hay que saber que Tiahuanaco es 100000 años anterior al fin del período Terciario.
Una tradición de Nueva Guinea nos habla, hoy, de la Luna como creadora del hombre y predice, además la caída de la misma.
El monje tibetano Lobsang Tuesday Rampa afirma haber visto en su Tibet, en el Potala, tres sarcófagos que contienen Gigantes, con un hombre de tres metros de altura, bañados de oro, y además mapas estelares de cielos antiguos y extraños.


Los Reyes Gigantes saben que la luna terminará por caer, pero gracias a su alto grado de Conocimiento logran retrasar ese cataclismo y prolongar esta Edad Atlántica.
Pero la tercera luna se cae... Termina por caer, las aguas descienden y los centros Atlantes se ven súbitamente aislados, incomunicados entre sí. No son ahogados por las aguas, sino que, paradojalmente, se ven axfisiados por su descenso.


Los sobrevivientes deben descender hacia el limo cenagoso de las llanuras que los mares han dejado al descubierto. Pasarán miles de años para que una escasa vegetación, apenas provechosa, se desarrolle.


Y mientras tanto, los Gigantes han casi llegado a su fin. Los hombres se embrutecen mientras dura este período sin luna de 140000 años y bajo la dirección de los últimos Reyes Gigantes renacen, casi sin fuerzas, otras civilizaciones en las altas llanuras del Norte al tiempo que restos de la Antigua Atlántida permanecen aún en los cinco altos puntos del Terciario: Tibet, Abisinia, Nueva Guinea, el México de los toltecas y el centro superior de esa irradiación, Tiahuanaco.
Nos encontramos entonces frente a dos Atlántidas: la de los Andes, Tiahuanaco, con sus cuatro centros irradiados y la del Atlántico Norte entre los paralelos 40 y 60 de latitud, de mucho más baja categoría.
¿Es esta la segunda Atlántida a la que nos refiere Platón? ¿Existe esta Isla que Platón afirma?
Platón es propagador de verdades muy antiguas y si creemos en él debemos también creer en la realidad de los cataclismos periódicos.


La tradición afirma que la Atlántida corrió igual suerte que el Egipto antiguo algunos miles de años más tarde, pero Egipto se benefició levantando su lecho merced a fuerzas telúricas luego de un tiempo de immersión. Podemos ver los chotts, los lagos de las regiones de mesetas de Argelia y Túnez, desecados y tapizados de una gruesa costra de sal. El Sahara y Egipto están formados en su mayor parte por suelos de arena marina. Encontramos las huellas de corrosión por las aguas en los estratos de la Esfinge de Gizeh y en las columnas de los templos faraónicos. Y los sacerdotes, sabedores de la catástrofe, hacían construir los hipogeos reales profundamente excavados en la roca viva y sellaban herméticamente sus accesos.
Existe un tiempo para todo, y la Atlántida termina también por desaparecer.


La cuarta Luna

Según Horbiger, hace unos 12000 años, la Tierra captura su cuarta luna. Es nuestra Luna actual.
Nuevos cataclismos acompañan esta asociación. Los mares corren desde las zonas polares hacia el centro, la Tierra engrosa en las regiones de los trópicos, comienzan los períodos glaciales.
La segunda Atlántida desaparece bajo las aguas impetuosas que fluyen del Norte.
La Biblia nos habla del Diluvio y de la Caída del Paraíso Terrenal. El misterioso Apocalipsis tal vez se refiera a catástofes que los hombres han visto y vivido y recuerdan a través de los siglos.
La cuarta Luna está muy alta y los Gigantes, agotados, van degenerando.


Y en este punto todas las mitologías nos hablan de combates entre Gigantes, y entre hombres y Gigantes. Los hombres se embrutecen y también se rebelan.
Tenemos recuerdos ancestrales, hincados profundamente en el tiempo, que nos hablan de Seres Superiores. Los Egipcios de los tiempos de Herodoto afirman que los Antiguos aprendieron sus artes de los Dioses.


Antiquísimas pinturas chinas nos muestran al Dragón Lunar cerniéndose sobre la Tierra.
Y es que la Luna es de queso...
Se volverá a derretir y esta cuarta Luna caerá hacia nosotros como sus predecesoras. Y habrá nuevos cataclismos y diluvios.
Vendrán los largos siglos de las noches sin Luna y en esos tiempos tendremos otras mutaciones, nuevas razas, oleadas fantásticas de vida nueva nos llevarán una vez más a los reinos de los Gigantes, a las comarcas de los Cíclopes de super-desarrollada glándula pineal en su tercer ojo, a las islas de los Elfos, a los países de los Dragones, a los territorios de Lo Imposible.

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